El lazarillo de tormes.
Los personajes que se presentan son:
- Lazarillo de Tormes, es el protagonista de la novela. Representa la clase baja de la época. Es un astuto, dependiente para poder subsistir, y un pícaro. El iba de amo en amo para satifacer su hambruna.
- Tomé González, padre de Lázaro de Tormes. El es acusado de robo, y es mandado a servir a un mozo, donde poco después muere.
- Antona Pérez, madre de Lázaro. Esta entrega a Lázaro a un ciego para que el ciego lo guiara.
- Zaide, padrastro de Lázaro. A Zaide lo capturaron por robo, y fue azotado.
- El Ciego, primer amo de Lázaro. Es el personaje que más influye en la vida de Lázaro ya que éste le enseña a ser astuto, malicioso, tramposo, y hasta vengativo. Este le enseña también a como obtener comida y dinero. El ciego era tramposo y avaro. El fingía que sabía predecir el sexo de los bebés de las mujeres embarazadas, y lo hacía sólo para obtener dinero, y a veces servía como supuesto médico. Lázaro lo deja ya que éste no le traía la felicidad que él buscaba: Comida.
- El Clérigo, segundo amo de Lázaro. Este representa el tema de la corrupción, ya que este es avaro e inescrupuloso. el guardaba el pan de la misa para comérselo él sólo. La avaricia del clérigo lo enciega de la realidad, razón por la cual él piensa que habían ratones en su casa comiéndole el pan.
- El Escudero, el escudero es el tercer amo de Lázaro. Lázaro pensaba que él era un hombre rico y de muchos bienes, pero luego se da la sorpresa de que es todo lo contrario. El escudero luego lo abandona, y Lázaro vuelve a la calle.
- El Fraile de la Merced, este es el cuarto amo de Lázaro. Es el amo que le da a Lázaro su primer par de zapatos. Las ansias de Lázaro en este momento no era por mujeres, sino por comida, lo que hace que Lázaro lo deje. Una vez más, Lázaro vuelve a mendigar por las calles.
- El Buldero, este es el quinto amo de Lázaro. No tuvo muchas relaciones con él, razón por la cual Lázaro lo deja. El fue el amo más falso e inescrupuloso de toda la novela. Lázaro lo deja porque éste no lo antendía mucho.
- El Pintor, el pintor es el sexto amo de Lázaro, pero estuvo muy poco tiempo con él. Al poco tiempo, Lázaro lo deja.
- El Capellán, séptimo amo de Lázaro. Este le ofrece el primer trabajo con sueldo a Lázaro. Lázaro estuvo cuatro años con este amo, hasta recibir la cantidad de dinero que él necesitaba para comprarse ropa usada y una espada. Una vez Lázaro obtuvo lo que necesitaba, dejó a su amo y a su oficio.
- El Alguacil, octavo amo de Lázaro. Lázaro encuentra el oficio de su amo muy peligroso, así que éste lo deja.
- El Arcipreste de San Salvador, noveno y último amo de Lázaro. Este es el amo que le consigue la esposa a Lázaro.
- La Criada del Arcipreste de San Salvador, mujer con la que Lázaro se casa, y la que le trae parte de la felicidad a él. Una vez se casa con ella, satifizo su hambruna, y llegó a una estabilidad en su vida.
El argumento...
La obra es en realidad una larga epístola que el "autor" envía a un corresponsal anónimo (a quien trata de "Vuestra Merced"). Está dividida en siete tratados y cuenta en primera persona la historia de Lázaro González Pérez, un niño de origen muy humilde; aunque sin honra, nació en un río de Salamanca, el Tormes, como el gran héroe Amadís; quedó huérfano de su padre, un molinero ladrón llamado Tomé González, y fue puesto al servicio de un ciego por su madre, Antona Pérez, una mujer amancebada con un negro, Zaide, que le da a Lazarillo un bonito hermanastro mulato.
Entre "fortunas y adversidades", Lázaro evoluciona desde su ingenuidad inicial hasta desarrollar un instinto de supervivencia. Es despertado a la maldad del mundo por la cornada de un toro de piedra, embuste con el que el ciego le saca de su simpleza; después rivaliza en astucia con él en diversos célebres episodios como el de las uvas o el jarro de vino (un modelo de narración clásica) hasta que se venga devolviéndole la cornada de piedra con otro embuste, que le vale al cruel ciego descalabrarse contra un pilar.
Pasa luego a servir a un tacaño clérigo de Maqueda que lo mata de hambre, y al que sisa algo de pan de un arca que tiene; el clérigo lo confunde a oscuras (en su boca silba accidentalmente la llave del arca, escondida mientras duerme) y, tomándolo por culebra, descubre el engaño, le da una tremenda paliza y lo despide.
Después entra a servir a un hidalgo arruinado cuyo único tesoro son sus recuerdos de hidalguía y de dignidad; Lazarillo simpatiza con él, ya que aunque no tiene nada que darle, por lo menos le trata bien, si bien recurre a esa simpatía que despierta para conseguir que le dé parte de los mendrugos que consigue el muchacho al pedir limosna, ya que él no posee la dignidad de la hidalguía. El patético escudero termina por abandonar la ciudad y Lazarillo se encuentra de nuevo solo en el mundo.
Más adelante sirve Lázaro a un sospechoso fraile mercedario, tan amante del mundo que apenas para en su convento y le hace reventar los zapatos. Según Aldo Ruffinato, habría una alusión a las reformas monásticas por entonces de moda, en el sentido de "descalzar" o hacer más rigurosos los estatutos del clero regular, o quizás alusión a actividades sexuales hetero u homoeróticas. Sin embargo, Francisco Rico asegura que «no hay el menor inidicio para suponer tal escabrosidad», pues el sentido del texto es una simple abbreviatio o reticencia, procedimiento abundantemente usado antes, como cuando relatando sus aventuras con el ciego, Lázaro dice «por no ser prolijo, dejo de contar muchas cosas», en elipsis que era común para terminar las cartas, teniendo en cuenta que todo el Lazarillo una larga epístola.
El tratado quinto es más extenso: narra una estafa realizada por parte de un vendedor de bulas o buldero. Lazarillo sirve al buldero y asiste como espectador, sin opinar, al desarrollo del timo, en el cual finge el buldero que alguien que piensa que las bulas no sirven para nada está poseso por el diablo, cuando en realidad está compinchado o conchabado con él; esto se descubre a posteriori, con una hábil técnica de suspensión. También este tratado sufrió la poda de la censura.
Los restantes y breves tratados narran cómo Lázaro se asienta con otros amos, un capellán, un maestro de hacer panderos y un alguacil y se hace aguador. Por último consigue el cargo de pregonero gracias al arcipreste de la iglesia toledana de San Salvador, quien además le ofrece una casa y la oportunidad de casarse con una de sus criadas, con la finalidad de disipar los rumores que se ciernen sobre él, ya que era acusado de mantener una relación con su criada. Sin embargo, tras la boda los rumores no desaparecen y Lázaro comienza a ser objeto de burla por parte del pueblo. Lázaro sufre la infidelidad con paciencia, después de toda una vida de ver qué es el honor y la hipocresía que encubre la dignidad realmente, ya que eso al menos le permite vivir, y con ello termina la carta, un cínico alegato autojustificativo que ridiculiza la literatura idealista del momento. Lázaro afirma que ha alcanzado la felicidad, pero para ello ha debido perder su honra, pues los rumores afirman que su mujer es la amante del arcipreste. Para mantener su posición, Lázaro hace oídos sordos a dichos rumores.
Los valores que representa...
Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del momento, de la que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría. Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que, más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta el siglo XIX.
La temática del Lazarillo de Tormes es moral: una crítica acerba, incluso una denuncia, del falso sentido del honor ("la negra que llaman honra") y de la hipocresía. La dignidad humana sale muy malparada de la sombría visión que ofrece el autor, nihilista y anticlerical. La vida es dura y, tal como aconseja el ciego a Lázaro en la obra, "más da el duro que el desnudo"; cada cual busca su aprovechamiento sin pensar en los otros, por lo que, como se dice al principio de la obra, arrimándose a los buenos "se será uno de ellos": esto es, para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso, no serlo. Sin duda alguna, se trata de la visión de un humanista desencantado, acaso judeoconverso y erasmiano, a pesar de que Marcel Bataillon niega el influjo directo de Erasmo en la obra.
Como consecuencia, resultó la inclusión de esta obra en el Índice de libros prohibidos de la Inquisición, la cual permitió al cabo la circulación de una versión expurgada de los pasajes anticlericales. El Lazarillo fue, además, una obra muy traducida e imitada, y su influjo, profundo, marcó tanto la literatura española que podría decirse que sin ella no habrían podido escribirse ni Don Quijote de la Mancha ni la treintena de novelas picarescas españolas y extranjeras que se han conservado.